Una vez identificado el cuerpo calcinado –un indigente con antecedentes de abuso a menores–, Hugo acaricia la libertad más que nunca. Una situación que le permite afianzar su relación con Triana. Ambos empiezan a verse como pareja y empiezan a pensar en su futuro juntos. Sin embargo, Macarena no cree la versión de Zapata. Sigue creyendo que Álvaro Rojas es el violador de su hijo. Ayudada por María Teresa, hija de Benigna y madre se Álvaro, logra localizarle en el Caribe y traerlo de vuelta a España. El chaval resulta no ser Álvaro sino un chico contratado por Philip para hacerse pasar por él y mantener así el engaño. Ahora ya no hay duda: el cadáver que apareció en el barco de Hugo es el de Álvaro Rojas.